No solo somos lo que comemos, más bien diría: ¡somos lo que absorbemos!
Un buen funcionamiento de nuestro sistema digestivo es la base de nuestra salud. Si no digerimos bien, difícilmente absorberemos los nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione de manera óptima y podemos llegar a desarrollar patologías del sistema digestivo.
La primera línea de defensa se encuentra en el sistema digestivo, así como la síntesis de moléculas como la serotonina, que hace que nos sintamos tranquilos y relajados. Cambios en nuestra flora bacteriana intestinal, pueden dar variaciones en nuestro estado de ánimo y comportamiento.
Por eso se dice que el sistema digestivo, es nuestro segundo cerebro.
Una alimentación variada y personalizada acorde a nuestras necesidades, nos proporciona una microbiota más enriquecida y diversa, clave para una óptima salud a diferentes niveles, protegiéndonos de posibles problemas funcionales digestivos.