ALIMENTACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER
El sobrepeso y la obesidad pueden aumentar el riesgo y el desarrollo del cáncer; puesto que se los relaciona con el factor de crecimiento insulínic tipo 1 (IGF-1), la inflamación crónica de bajo nivel o inflamación silenciosa, y la producción elevada de estrógenos por el tejido graso.
Algunos tipos de cáncer relacionados con la obesidad son: cáncer de mama, colorrectal, endometrio, próstata, vesícula biliar, páncreas, uterino…
Por eso es importante incluir los vegetales y hortalizas de diferentes colores, proteínas magras y cereales integrales, según la actividad física.
ALIMENTACIÓN DURANTE EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
La dieta durante el cáncer es de extrema importancia, ya que durante el tratamiento, el sistema inmune se encuentra habitualmente más comprometido. Es conveniente tener más precauciones en la higiene y manipulación de los alimentos, para evitar posibles infecciones, pues el sistema inmune responderá más débilmente.
Además, el tratamiento en sí puede ocasionar como efectos secundarios algunos problemas relacionados con la alimentación; como carencia de hambre, diarreas, estrechamiento, cambios de gusto y olfato, mucositis o llagas en la boca, náuseas y vómitos, cambios de peso, síndrome manos-pies …
La alimentación adecuada para cada persona, tipo de cáncer y tratamiento, puede ayudar a convivir mejor con los efectos secundarios, así como en la supervivencia.