Cada día es más la información que la ciencia lanza sobre la microbiota y la salud. En este caso, algunos estudios parecen descubrir como los horarios de las comidas tienen un impacto en el peso como consecuencia de su influencia sobre las hormonas del hambre y la microbiota. Comer a horas inhabituales favorece la sobrecarga lipídica o aumento de grasas.
La cronobiología es la disciplina que estudia los ritmos biológicos y entre ellos encontramos los ritmos circadianos. Son unos procesos biológicos con ritmos de 24 h que controlan componentes fisiológicos como la temperatura, el sueño, las hormonas, el patrón de ingestas…… el aparato gastrointestinal, la secreción de hormonas.
Cuando hay una modificación de estos ritmos, puede haber alteraciones metabólicas nutricionales que pueden desembocar en patologías como diabetes, dolencias cardiovasculares, cáncer…
Nuestros horarios son muy importantes a la hora mantener un peso saludable y disfrutar de una buena salud. No es solo el que comemos, sino cuando lo comemos.
La influencia de los horarios en las hormonas. Trabajadores por turnos y nocturnos.
En varios estudios se determinó que comer a horas inhabituales favorece el aumento de grasas, puesto que tiene un impacto sobre las hormonas del hambre y saciedad (grhelina/**leptina). La grhelina es conocida como la hormona del hambre posado que sus niveles circulantes aumentan antes de las comidas y disminuyen después de la ingesta de alimento. La leptina es conocida como la hormona de la saciedad. Las personas que comen por la noche presentan hiperglucemia y valores bajos de leptina y melatonina (hormona inductora del sueño y que participa en una gran variedad de funciones endocrinas y fisiológicas). Así como también una reducción del gasto energético y más dislipidemias con una reducción del colesterol HDL o “bono” y un aumento de los triglicéridos.
En otros estudios parecen concluir que la exposición de la luz por la noche podría contribuir a la disminución de la leptina y un aumento de la grhelina; con la consecuente predisposición a un aumento del hambre y de la alimentación; llevando a un incremento de peso y de grasa visceral a la región abdominal. Este patrón junto con estrés, tensión en el trabajo y factores psicosociales, predispone a los trabajadores por turnos o los que trabajan por la noche, a una hipersecreció del cortisol y una hiperestimulació del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal que conduce a una mayor producción de tejido adiposo
El trabajo por turnos: disminuye la leptina, aumenta la insulina, la glucosa, la tensión arterial y la grasa abdominal.
CONSEJO: Los trabajadores por turnos y los nocturnos, tendrían que revisar sus horarios y plan de alimentación.
En la segunda parte del artículo hablaremos de la influencia de los horarios en la microbiota, el impacto en el peso y la salud. Y recomendación práctica!